lunes, 13 de enero de 2020

Tarde de Domingo

Bajé al plan. Me junté en Francia con un amigo y bebimos unas cervezas. Luego él me dejó y se fue en auto y yo caminé de Plaza Victoria hasta avenida argentina. El escenario era de una ciudad en guerra civil. Caminé por calle Colón y luego seguí por Victoria hasta llegar a la tienda quemada de autos. Vi como las mercancías se habían vuelto carbón. El brillo del blindado de los supermercados visto desde lejos daban la impresión de ser tanques alemanes manteniendo su posición. Al llegar a Avenida Argentina había una tarima de madera hecha con paletas, de esas mismas que uno ve todos los días en el mercado, esta vez listas, armadas y dispuestas para ejecutar en la horca a una lista de senadores de la república capturados por las milicias del pueblo la noche anterior.
Me uní al gentío, quienes gritaban y cantaban consignas el himno nacional mientras los prisioneros políticos eran ahorcados uno por uno. Otros cantaban el himno de la internacional y otros cantaban los prisioneros. Alcancé a ver como le colocaban las vendas en los ojos a Chahuán y pude notar que no esperó a ser ahorcado para perder el control de su esfinter. La gente no mostró gesto alguno de compasión. Es más, se burlaron de él por haberse cagado en público. La revolución no la paraba nadie.
Continué mi camino, esta vez por calle Brasil. Caminando por el bandejón central me di cuenta que a lo largo de todo el camino habían clavos enterrados en la tierra. Me di cuenta porque los fui buscando uno por uno. Me llamó la atención. Casi al llegar al Unimarc quemado por los aparatos de inteligencia del Estado, me doy cuenta que un complejo de tornillos y clavos se erigían desde la tierra de ese bandejón central y dejaban ver la apertura de una especie de búnker. Vi salir gente con la cara cubierta, quienes salían rápidamente con armas de fuego en sus manos. Yo pasé por ahí, una mamá con su hija pasó por ahí. Ellos nos vieron y nosotros a ellos. Ellos siguieron su camino y nadie dijo nada. Nadie dijo nada.
Yo no tenía otra que esperar el barco que me llevaría a Temuco, así que, habiendo hecho la hora lo suficiente y deleitarme con el escenario revolucionario, me dirigí al puerto a esperar la nave de la que me habían hablado la gente del partido.

jueves, 22 de diciembre de 2016

-¿Qué están haciendo ustedes dos?
-Estamos conversando acerca del escenario político de Nicaragua- Le dije irónicamente al paco.
-Muéstrenme su cédula de identidad. 
El Nicaragüense le explicó que no tenía, que sólo estaba sentado ahí vendiendo barras de chocolate a los colectiveros que pasaban. Yo le entregué mi cédula al paco y le dije, siempre aparentando respeto, 
-Cuál es el problema, mi cabo? No estamos haciendo más que conversar-
El otro paco me preguntó si yo "andaba con algo". Le contesté que no, cuando en verdad tenía en el bolsillo de mi camisa un poco de yerba. Yerba que pensaba fumar después del almuerzo. Pensé que podía salvar el pito, cosa que no funcionó porque el paco me registró.
-Y qué significa esto, mono culiao?-
Luego de insultarme, rompió y tiró la yerba. Me empujó y me dijo dijo que me fuera.
Caminé desanimado por un largo rato pensando en la agresividad del paco. Un hueón cuma, pero esta vez con uniforme. Su educación era mínima y sus frases pobres y de precaria extensión. De tal o cual manera, me sentí como el niño débil de la infancia, al cual molestaban los otros niños que, teniendo menos de eso que llamamos educación, eran más fuertes que yo. Antes eran los cumas de la pobla, ahora eran los pacos.
Acomodé ligeramente mi chaqueta y tomé un colectivo a casa pensando en muchas cosas, entre ellas a Ana y su posible viaje a Santiago para el reclutamiento del 4 de Agosto.
La cosa se estaba poniendo color de hormiga.

viernes, 9 de diciembre de 2016

perderte.

no quisiera 
jamás 

Carta de Eusebio a Carlos.

Cuidado con el ancho mar 
que no perdona 
y su fuerza es absoluta. 

cuidado con las calles angostas
con las sombras de cantina 
con los pasos sin sentido 
cuidado con la sombra 
los demonios 
las carreteras sucias. 

Ojo y cuidado. 

Cuidado 
que los triunfos 
no son eternos, no así la desdicha.

Cuidado, hombre, que lo estamos grabando 
en las mentes y en los corazones 
aquí y allá 
porque es que hay que tener cuidado, hombre. 

el cuidado no es miedo: Es cuidado. 
Así que
Tenga cuidado con la noche  
Expulse demonios, liquídelos 
y rece un padre nuestro.

Saludos a todos allá.

jueves, 10 de noviembre de 2016

CÁTEDRA DE LÓGICA UN 11 DEL 9

Si mi tía baila, entonces hay Golpe.
Si mi tía se cura, baila.
Mi tía se cura
Hay Golpe.

Serpientes y Escaleras

Mientras suena  "Escalera al Cielo"
bebo cerveza,
pienso en ella,
y escribo estas líneas. 

No todo es rock y cerveza

Con mi mano izquierda 
sostengo mi cabeza 
con la otra escribo 

La gente del bar 
a veces mira 

"qué le pasará a este hueón
y su cara seria
que viene a un bar a escribir 
y a sostenerse la cabeza"

Serio no, señores,
sereno. 
Porque me siento 
en el claro del Ser.